El viernes estuve cenando con una amiga y sus hijas. Una de ellas se acaba de incorporar al mundo laboral. Está encantada con lo que hace (aunque le paguen poco) porque está aprendiendo muchísimo, lo único malo, es que todo el mundo le encarga o le pide cosas extras a las que les corresponden.
De momento no le importa, porque dice que puede con todo y además aprende más cosas. Eso está fenomenal, pero puede convertirse en un problema a la larga.
Si decimos que si a todo lo que nos piden (ya sea en el trabajo o en tu vida personal) y nos cargamos de trabajo, nos quedaremos sin tiempo para realizar nuestras tareas correctamente o las haremos deprisa y sin fijarnos pudiendo cometer errores, disminuyendo nuestra productividad. Además estamos aceptando una responsabilidad que no nos corresponde.
Primero debemos terminar con nuestras obligaciones y, si nos sobra tiempo y nos apetece, ofrecernos a ayudar (nunca asumir toda la responsabilidad) a nuestros compañeros con sus tareas. No confundamos trabajo en equipo con realizar el trabajo de otros.
Dicen los psicólogos que la capacidad de decir no está estrechamente relacionada con la autoestima. Las personas que tienen una baja autoestima y poca confianza en sí mismos, se sienten nerviosos por los demás y tienden a aceptar todas las peticiones.
Aprender a decir no se consigue, te lo aseguro, sólo hay que “ensayar”. Aquí te dejo unos puntos para conseguirlo.
Lo mismo podemos aplicarlo en nuestro ámbito personal: con los niños para ponerles límites, con ese amigo que siempre te pide el coche o con tu madre que te llama a todas horas para pedirte recados… Si no aprendemos a DECIR NO, nos sobrecargaremos de trabajo y encima nos sentiremos mal porque sabemos que no teníamos que haber dicho que sí.
Y a ti ¿te cuesta decir no? Cualquier sugerencia o pregunta puedes hacerlo a través de la pestaña de contacto.
[…] No saber decir NO. […]